Los blancos pasan a la siguiente ronda de la Champions haciendo un muy mal partido de vuelta. No hubo ningún momento de dominio de los madridistas y el gol de Vini Jr y la renta de la ida han resultado salvadores
Se esperaba una noche mágica europea en el Bernabéu y casi acaba en tragedia. Empate a uno entre Real Madrid y Leipzig que a los blancos les vale pasa pasar a cuartos de final de la Champions League. Sin embargo, los blancos completaron el peor partido de lo que va de temporada. Hicieron bueno la renta de 0-1 de la ida. Los alemanes fueron ampliamente superiores en este encuentro de vuelta y se merecieron más.
La noche empezó rara para los madridistas al conocer el once titular, con la apuesta de Carlo Ancelotti a la hora de colocar a 5 centrocampistas (Tchouamení, Camavinga, Kroos, Valverde y Bellingham) y sentar a Rodrygo. Una alineación inédita la que presentaba el italiano para el día de hoy y al final se notó en el terreno de juego. Los jugadores estaban perdidos, desubicados y sin chispa. El planteamiento de Carletto se basaba en que no pasaran muchas cosas durante los 90 minutos y claramente le salió mal.
El RB Leipzig de Mark Rose supo hacer daño y crear miedo a un equipo que no estaba seguro con la pelota y que incluso físicamente se vio superado. Lo único que le faltaron a los germanos fue talento diferencial que finalizara las ocasiones, cosa que sí que hubo en el Real Madrid.
Pese a la mala actuación colectiva, la dupla Bellingham-Vini tuvo su momento de inspiración en un contragolpe que definió el brasileño a la perfección. La alegría duró poco después del tanto de le empate marcado por Orban de cabeza.
Ancelotti planteó un sinsentido
El entrenador italiano del Real Madrid no suele equivocarse, y menos cuando se trata de noches importantes como la de hoy. Este partido de vuelta contra el Leipzig ha demostrado que Ancelotti es humano y que a veces puede plantear sinsentidos. Su apuesta de hoy al sacar cinco centrocampistas a cambio de cargarse a un delantero sonaba raro desde antes del pitido inicial.
No se vio la mejor versión de ninguno de sus onces futbolistas sobre el césped. La mayoría del tiempo estaba desorientados en el campo y sin saber muy bien sus respectivas posiciones. Pese a la gran cantidad de efectivos en la sala de máquinas, la zona media fue los más caótico en el Real Madrid. No hubo nada de claridad a la hora de sacar el balón jugado de atrás, ni tampoco agresividad para robar en campo contrario.
Camavinga fue sin duda el que menos entendió el plan de Ancelotti. Pérdidas constantes en campo propio, incapaz de salir en conducción para sacar al equipo y con falta de atrevimiento para saltar a la presión. El equipo en general cada vez que trataba de presionar la primera línea del Leipzig el equipo se partía. Eso provocaba muchos espacios a la espalda que los alemanes podían encontrar con muy pocos pases y así plantarse ante la portería de Lunin.
Los cambios de Rodrygo, Modric y Joselu en la segunda parte no sirvieron prácticamente de nada, pese al gol de Vini Jr a pase de Bellingham. Una jugada aislada y un momento de inspiración de sus dos máximas estrellas, permitieron al Madrid calsificarse a cuartos de la Champions League. Eso sí, con un claro sabor agridulce.
