Los blancos consigue su 36º título liguero siendo superior y el más regular de principio a fin, pese al infortunio de las lesiones, la falta de un ‘9’ en la plantilla y las polémicas arbitrales
El Real Madrid ya es matemáticamente campeón de La Liga 2023/2024. El conjunto madridista ya ha cantado el alirón tras una tarde gloriosa donde han vencido por 3-0 al Cádiz en el Bernabéu y el Barça ha perdido 4-2 frente al Girona en Montilivi. Hubo celebración por parte de la afición en la Plaza de Cibeles, pese a que los jugadores no acudieron debido al importante partido del próximo miércoles ante el Bayern de Múnich para las ‘semis’ de la Champions. El Real Madrid aumenta su hegemonía en el palmarés de la competición, en una edición que ha ganado con 4 jornadas de antelación.
Los blancos han puesto el broche de oro a una Liga prácticamente perfecta, donde solo han concedido una única derrota en el mes de septiembre ante el Atlético de Madrid en el Cívitas Metropolitano. Con ese único traspiés, el Real Madrid de Carlo Ancelotti puso la directa hacia el título liguero sin perder ni un solo partido más y dando muestras de un equipo muy sólido pese a las dificultades en el camino.
Lo que mal empieza, bien debe de acabar
Sin que ni siquiera hubiera echado el balón de la temporada a rodar, el Real Madrid no hizo más que toparse con problemas y muy graves. Allá por la primera jornada de Liga en San Mamés, hubieron dos varapalos muy importantes: las roturas de ligamento cruzado de Courtois y Militao. El Madrid afrontaba el inicio de campaña sin el mejor portero del mundo y sin su mejor central. Eso junto con la no llegada de un ‘9’ top tras la marcha de Karim Benzema a Arabia Saudí, dejaban muy tocado el proyecto deportivo del Real Madrid.
A la lesión de ‘Tibú’, la reacción desde Valdebebas fue prácticamente inmediata con el fichaje de Kepa Arrizabalaga. Desde la cúpula del Real Madrid, consideraban arriesgado una portería solamente ocupada por Lunin como único hombre de ciertas garantías. Por eso se apostó por conseguir la cesión del ex del Athletic Club de Bilbao y del Chelsea. Pese a que Kepa empezó siendo el titular, las grandes actuaciones del portero ucraniano acabaron siendo claves para hacerse con el puesto hasta que volviera Courtois.
En cuanto a la defensa, la directiva merengue decidió no invertir nada en la posición de central. Con solamente tres centrales específicos (Rüdiger, Alaba y Nacho) se podía tirar para adelante con la temporada. Todo medianamente bien hasta la fatídica lesión de David Alaba del ligamento cruzado y menisco en el mes de diciembre ante el Villarreal. El infortunio se estaba cebando con el Real Madrid y Ancelotti se quedaba con el marrón de disponer solo de dos centrales, y sin fichajes en el mercado de invierno.
Pese a toda la mala suerte y algún que otro escándalo arbitral de por medio como el sucedido en Mestalla por el gol no concedido a Bellingham en el último minuto, el Real Madrid no cayó en la autocomplacencia ni el pesimismo. Los jugadores que iban quedando asumieron la responsabilidad y cogieron galones para construir un equipo muy sólido en todos los aspectos.
La mayor obra de Ancelotti
Más allá de las individualidades de estrellas como Vinicius y Bellingham, el nombre más destacado del real Madrid esta temporada ha sido Carlo Ancelotti. El técnico italiano ha tenido que luchar contra todo y contra todos para poder el éxito de la 36ª Liga para el Real Madrid. Su brillante inteligencia táctica y su perfecta gestión de la plantilla han dado alas a un equipo muy limitado entre lesiones y falta de personal.
El cambio de sistema que ha logrado implementar este año ha sido la clave. La llegada en verano de Jude Bellingham, probablemente el hombre de La Liga, provocó que la bombilla de ‘Carletto’ se encendiera. Viendo las características del futbolista inglés y su gran aporte al ataque, decidió cambiar el sistema que siempre había utilizado como era el 4-3-3. Para adelantar la posición del ‘5’ madridista y que este se sintiera más cómodo sobre el campo, se apostó por la ‘formación del diamante’ o 4-3-1-2.
Una variante de la 4-4-2 donde Bellingham hacia de enganche entre el centro del campo y los hombre en punta. Esto convirtió a Jude en el acaparador principal del gol y del caudal ofensivo del Real Madrid, junto con las aportaciones igual de imprescindibles de Vini Jr y Rodrygo. Este cambio de sistema ha permitido también la adaptación de Vini a posiciones más centradas para tener más relación con el gol y mayor protagonismo a los laterales. De ahí las buenas temporadas individuales de Ferland Mendy y Dani Carvajal.
El otro hito de Ancelotti en la gestión de esta plantilla han sido la importancia de la segunda unidad. Que nombres como los de Brahim, Modric, Tchouamení (que ha estado más de central que de pivote), Lucas Vázquez, Joselu, Rüdiger y Nacho hayan sido vitales en el ascenso del Real Madrid hasta la cima no es casualidad. Aparte de la calidad de cada uno de estos jugadores y hay que tener en cuenta el factor emocional y de motivación que les ha inculcado el entrenador italiano. Hombre de rol secundario que han tenido un papel importante en momentos clave o determinados de la campaña.
Pase lo que pase en la Champions, no se le puede quitar ni un ápice de mérito a Ancelotti. Puede que esta temporada haya sido la mejor para el histórico entrenador italiano en cuanto a la toma de decisiones y al impacto que han tenido en el rendimiento del equipo. Por eso no queda otra que decir que Carlo lo que tiene que hacer es admirar la que puede ser la mayor obra de su carrera.